Un jugador revela la carta superior del mazo, mostrándola a todos. En ese momento, los jugadores deben ser rápidos para coger el objeto que coincida exactamente con lo que aparece en la carta, tanto en forma como en color.
Si en la carta no hay ningún objeto que cumpla esas condiciones, entonces deberán agarrar el objeto que no aparezca representado y que además no comparta color con ninguno de los que sí se muestran.
El jugador que acierte se queda con la carta como recompensa y se revela la siguiente carta del mazo para continuar la partida.
El juego concluye cuando ya no quedan cartas en la baraja, y el ganador será el jugador con más cartas acumuladas.